El problema de la movilidad urbana y las estrategias para solventarlo

Al realizar cualquier viaje dentro de la ciudad, las personas deciden qué medio van a utilizar para desplazarse. Aquellas que eligen su coche para ello, son quienes contribuyen en mayor medida al cambio climático, a la generación de islas de calor, a la contaminación ambiental y sonora, a la pérdida de tiempo y estrés por atascos en el tráfico, a los daños a la salud, a la falta de espacio público y a la generación de accidentes viales con víctimas mortales o lesiones graves, entre otros, ya que el uso excesivo del automóvil como medio de transporte tiene graves consecuencias para la movilidad urbana.

A pesar de todo, en épocas recientes el coche se ha convertido en el rey del espacio público, y es que, desde las bases de nuestro marco normativo se ha pavimentado el camino para que así sea. Por ejemplo, el Reglamento de Desarrollo Urbano y Construcciones para el Municipio de Saltillo establece un ancho de 13 metros para las calles locales, donde, el 22 % se destina a banquetas, el 8 % es espacio para vegetación y el gran 70 % es espacio para la circulación y estacionamiento de vehículos. Asimismo, no se consideran espacios exclusivos para otros medios como ciclovías o carriles de transporte público. Además, cuanto más amplia sea la vialidad sólo crece el espacio para el coche y el resto se conserva. Para las nuevas construcciones, en este Reglamento se establece también un porcentaje de espacio para los requerimientos de números de cajones que se acerca a los límites de la demencia, a tal grado que el estacionamiento de cualquiera de las principales plazas comerciales de la ciudad es más grande que la mayoría de los parques y plazas públicas de Saltillo. Está de más mencionar las consecuencias ambientales que tiene una gran plancha de concreto frente a un área verde.

Describir de manera más detallada las afectaciones de los automóviles en la ciudad no es posible por cuestiones de espacio, pero organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto de Políticas para el Transporte (ITDP) y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), entre otras organizaciones, cuentan con un amplio catálogo de documentos gratuitos donde se mide esta situación y se concluye de manera fehaciente que la solución al problema de la movilidad en las ciudades es la disminución de coches y no la ampliación de carriles o pasos elevados.

Sin embargo, la motivación que las personas tienen para elegir un automóvil por encima de otros medios de transporte es en realidad una responsabilidad compartida. Si bien la posesión de un vehículo privado está asociada con el estatus económico, la realidad es que otros medios de transporte son menos atractivos para ser usados porque en ellos se eleva la percepción de inseguridad e incomodidad, además del incremento del tiempo en los tiempos de traslado. De tal manera, el coche es un objeto aspiracional por la percepción de mejoras en la calidad de vida, ya que el resto de los modos no existen o se encuentran deteriorados.

Es así que, en el caso del transporte público, la pérdida de usuarios ha provocado que los transportistas no cuenten con el rendimiento económico necesario para una mejora continua del servicio y los autobuses, por lo que pierden más usuarios y, en consecuencia, el rendimiento disminuye, como un círculo vicioso de ineficiencia y degradación, situación a la que nuestra ciudad no se muestra ajena.

Por otra parte, es muy complicado motivar a una persona a usar la bicicleta como medio de transporte cuando la seguridad y la comodidad son las principales variables para ello y las calles no lo garantizan. En Saltillo, para finales de 2018, sólo el 1.5 % del total de las vialidades de la ciudad contaba con infraestructura ciclista, y la mayoría se encontraba a en muy malas condiciones e invadida por coches.

Finalmente, la situación de los peatones es la más dura de todas. Si bien, al final de cuentas todos somos peatones, para la construcción de infraestructura vial en Saltillo no se ha considerado, ya que solamente poco más de la mitad de las manzanas de la ciudad cuenta con banquetas en todas sus vialidades, y apenas el 2.5 % de éstas cuentan con rampas para sillas de ruedas. Las calles peatonales que existen en la ciudad son escasas y se concentran en su mayoría en el Centro Histórico, al igual que las intersecciones que cuentan con semáforos peatonales.

Para lograr la reducción del número de usuarios de vehículos motorizados se requieren opciones distintas al coche para moverse, que sean cómodas, eficientes y seguras. Lo anterior sólo se puede alcanzar con la creación condiciones óptimas para que esto suceda, como una reforma al desarrollo urbano de nuestra ciudad que permita reducir el espacio que por ley actualmente se cede al coche, además de promover la mezcla de usos de suelo para que las distancias de traslado sean menores y las densidades se eleven de tal manera que el sistema de transporte público sea más rentable y pueda ser objeto de una modernización que lo vuelva más cómodo, seguro y atractivo para las personas. Finalmente, es imprescindible el desarrollo de infraestructura para peatones y ciclistas, la cual actualmente no existe o es mínima. Para el desarrollo de estas acciones se requieren recursos económicos, los cuales se pueden obtener al promover un precio justo al uso del coche y el espacio que utiliza se delimite a partir de la consideración de las afectaciones que este medio genera a la ciudad.

Es grato mencionar que, para el caso de Saltillo, ya se inició un proceso de modernización del transporte público en el cual se han logrado metas en la mejora de imagen de los autobuses y la capacitación de los transportistas. Asimismo, se realiza la planeación para iniciar la construcción de carriles confinados que permitirán aumentar la velocidad de transito de los camiones y mejorar los intervalos de paso de los mismos. En el caso de la infraestructura ciclista, se inició la mejora de los 35 km de ciclovías que tenía 6 años sin recibir mantenimiento con la colocación de señalización vertical, balizamiento, topes de neopreno y delineadores verticales para hacerla más segura. Asimismo, ya se han proyectado y están en proceso de construcción cerca de 10 km más de ciclovía al Norte de la ciudad. Finalmente, está próximo el funcionamiento de un sistema de parquímetros con el que se prevé la obtención de recursos que se canalizarán hacia mejoras de la movilidad peatonal como banquetas y cruces seguros.

La brecha de la desigualdad en los medios de transporte en Saltillo aún es grande y aunque ya se inició un proceso de cambio para reducirla, la ciudadanía no debe quitar el dedo del reglón y promover la continuidad de inversión en obra pública para medios de transporte distintos al automóvil.

*Jefe de Urbanismo, IMPLAN Saltillo

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